Si nos remontamos a los inicios de la historia rusa, veríamos que consistían en pequeñas poblaciones desperdigadas en un territorio muy grande. La amenaza constante de ataques de fuerzas invasoras obligó a desarrollar una cultura guerrera en la que pocos de estos guerreros se enfrentarían a muchos. El clima extremo, el terreno resbaladizo, entre otros factores modificaron también las actitudes que estos guerreros tomarían. Es así como surge el Rukopashij Boj, el antigüo arte marcial ruso para el combate con o sin armas.
El arte marcial ruso es un estilo libre de combate utilizando la elasticidad y movimiento natural del cuerpo. Al desarrollar una fluidez corporal permite al practicante adaptarse a cualquier situación creativamente sin respuestas prefijadas y naturales a su propia estructura corporal. Sin límites de edad cualquiera puede maximizar sus respuestas ante una situación extrema.